En ningún otro momento de la historia España había tenido unas tasas tan altas de penetración digital como en los dos últimos años. El confinamiento y la pandemia obligaron a cambiar las fórmulas de comunicación y poner en marcha a toda prisa planes de digitalización y seguridad. Administración, educación, tejido empresarial, ocio, servicios sanitarios… Nadie se podía permitir estar fuera. Este 2021 afianza la mayoría de los cambios que el momento vivido obligó a adoptar. Lejos de perder fuerza después de este acelerón, la transformación digital está llamada a consolidarse, mejorar en seguridad y accesibilidad, y ser fuente de riqueza e igualdad para el país. Este nuevo panorama de transformación digital es un desafío para el Estado, y al mismo tiempo una oportunidad para garantizar la prosperidad y el progreso. Dos aspectos que miran de frente a otros retos: de un lado, garantizar el acceso digital y tecnológico de todos los ciudadanos, estén donde estén y tengan el poder adquisitivo que tengan. La sociedad digital está llamada a transitar de la mano de la inclusión, la diversidad e igualdad de oportunidades, que no se vincule a situaciones de privilegio, para garantizar un avance democrático real. Aún hoy existe una brecha en adopción y uso digital; siendo un abismo en muchos casos, un lastre. Sin embargo, las cifras son optimistas: España ha sabido adaptar sus verticales a la digitalización, produciéndose un avance considerable en todos los mercados. En cuanto al enfoque de género, España es uno de los países que, según datos de 2020 de Eurostat más ha reducido la brecha existente. Asimismo, la edad media de acceso y uso de tecnología y canales digitales ha aumentado y no deja a casi nadie fuera.España es el cuarto país de la UE que más ha aumentado el acceso a internet desde 2011 • El 89% de las viviendas españolas disponen de una conexión mayor de 100 Mbps. • Desde el inicio de la pandemia el número de internautas españoles ha crecido casi un 4%. • Las brechas digitales de acceso y uso por género se han reducido notablemente en nuestro país.Las pequeñas y medianas empresas constituyen nada menos que el 99,8% del tejido empresarial español y están siendo las principales afectadas por la crisis originada por la pandemia. Ante este escenario, la digitalización ya ha dejado ser una alternativa para elegir para este tipo de firmas y se ha convertido en el único camino para poder afrontar la compleja situación. La digitalización de las empresas ya no es una opción, es una necesidad y les puede permitir competir con las grandes compañías y personalizar la relación con el cliente
Bien conectadas y seguras
Crecer, mejorar la productividad y abaratar costes son los tres pilares de una empresa competitiva. Y los tres se resumen en uno: apostar por la digitalización. Lo han hecho ya la Administración y las grandes corporaciones, pero a las pequeñas empresas –el 99% de las compañías en nuestro país lo son– aún les cuesta saltar a ese tren. Esta circunstancia les priva de grandes oportunidades en un mercado cada vez más rápido y global.Las pequeñas y medianas empresas deben digitalizarse y estar preparadas para teletrabajar, personalizar y mejorar los tiempos de respuesta de los sistemas de atención al cliente, migrar los sistemas a la nube, tener medidas de ciberseguridad para proteger la integridad de la compañía, replantearse y automatizar sus procesos core, así como tomar decisiones de negocio basadas en datos.Más pequeñas, mayor agilidad
Resulta más fácil maniobrar con un coche pequeño que con un camión de varios ejes. Con la digitalización sucede algo similar: mientras acometer la completa digitalización en una gran empresa puede llevar entre 4 y 5 años, a una pyme le basta con 1 o 2. Aun con esta ventaja operativa, el proceso debe hacerse con criterio y sin saltarse ningún paso.
Lo primero es hacer la pyme una hoja de ruta o revisar profundamente la que tenga, conocer su punto de partida y marcarse con ambición qué quiere llegar a ser. Lo siguiente es ir paso a paso a paso. Las dos primeras etapas serán optimizar la conectividad y asegurar la ciberseguridad. Sin una red robusta, fiable y segura la aventura digital está condenada al fracaso. O, al menos, a quedarse lejos de sus objetivos.
Lo primero, la conectividad
Una conectividad de calidad y una seguridad robusta conforman también la base imprescindible para expandirse en el entorno digital, bien para dar a conocer el negocio o para captar nuevos clientes, y para operar en digital de forma satisfactoria es necesaria una buena conexión con clientes y proveedores, y que además permita a los empleados desempeñar sus funciones allá donde se encuentren. Es decir, va más allá de que ‘Internet corra rápido’ en la oficina física. Si un trabajador está en remoto debe poder acceder a los sistemas de la empresa a los que esté autorizado como si estuviera en su despacho, independientemente de si se encuentra en la sala de espera de un aeropuerto o teletrabajando desde su casa. La conectividad es la clave que hace que todo sea posible y engloba la fibra, las redes internas y las nuevas redes móviles 5G.
A salvo de ciberataques
Abrirse a la digitalización supone incorporar a más socios y más clientes, aumentar los canales donde se actúa y los lugares desde los que se puede acceder a las aplicaciones o recursos de la empresa. Todo esto multiplica los riesgos de sufrir ciberataques. El ciberdelincuente puede provocar la pérdida de información sensible o el control de ciertos procesos. Por tanto, la seguridad no debe verse como un gasto, sino como una inversión necesaria para proteger los activos de la empresa y garantizar su continuidad. La idea de sufrir un ciberataque y no contar en plantilla con una infraestructura de informáticos, capaces de arreglar el desaguisado cuanto antes, es uno de los mayores recelos de los responsables de las pymes a la hora de plantearse la digitalización.
No dejes que estos miedos superen tus ganas de crecer y digitalizar tu empresa, En Icode tenemos un equipo de expertos preparados para ayudarte y acompañarte en todo este proceso para que tu empresa despegue y sea parte del mundo digital.